21 de diciembre; El gran despertar

21-de-diciembre-de-2012-300x149Mucho se ha especulado sobre el 21 de diciembre; el fin de los tiempos, la oscuridad total de tres días, el apocalipsis que tanto se habla en la biblia. ¿ Pero en realidad, que significado tiene para los pueblos originarios y el nuevo despertar de nuestros espíritus. Nuestro hermano Jym Qhapaq Amaru, quiso que compartiéramos su escrito sobre » el nuevo despertar», del 21 de diciembre.

El 21 de diciembre, una fecha hermosas para la humanidad

Fuente: Jym Qhapaq Amaru

El 21 de Diciembre, es la fecha más hermosa para la humanidad. Es el despertar del Qullqa Unquy Sagrado, el Qatachallay, la Constelación del Chinchay, el hogar del Felino.

Se reinicia un tiempo de cinco ciclos divididos de cinco milenios, un primer Pachakuti, de los cinco que se vienen, el tiempo gira hasta completar su ciclo, el Amaru Cósmico muerde su cola, para girar de nuevo en torno de si mismo, y retorna Quetzacoalt, llamado también Pachakamaq, la energía sagrada que da orden al cosmos.

 Hagamos ayunos y cánticos icaros, meditar pijchando sagrada hoja de coca para preparar el cuerpo y corazón para el 21, pero hay un rito ceremonial que solo pueden hacer los kuraqkuna, es decir, los mayores, los abuelos y lo hacen porque completan su ciclo, tras 520 años de resistencia que finalizan el 21 de diciembre…

Los Abuelos completan su ciclo de esfuerzos, de penurias, de luchas, de mantener la tradición y la sabiduría como encomendaron los Apus y las Wakas, este 21, ellos deben descansar espiritualmente, y el 21 los waynakuna, intip churin, van a nacer para continuar el camino de los Abuelos, pero ya no como era antes, porque ese tiempo se termina, lo que es abajo, sube arriba y lo de arriba, baja.

Ellos los Waynakuuna, durante un tiempo deben caminar, en ascetismo, ayuna y sencillez, para poder vencer al peor enemigo, que es uno mismo, controlando nuestro ego, nuestra vanidad, nuestros impulsos masculinos, o femeninos, nuestros odios o rencores, todos pasados por agua y por viento.

Cuando se llega a un estado de vibración en el que los egos internos desaparecen y la armonía es serena y pausada, es cuando nace el maestro, o el nuevo Kuraq.

Los seres humanos son presa de su propio instinto, y de lo antinatural, deben entender eso, para llegar a ser Kuraq, aún falta mucho, mucho por serenar y armonizar, un Kuraq no puede maldecir, ni odiar, ni tener deseos malos, ni burlarse, ni engañar, ni mentir, ni robar.

No pueden usar los sagrados símbolos Inkas si no reciben permiso de los Apus Protectores, Illimani y Achachilas, lo sagrado no puede ser tomado por vano, contrariar a los procesos de la madre naturaleza, es porque aún persiste el ego interno, el “querer ser” algo a la fuerza, que en la creencia del hombre, hay que “ser” mediante distinciones, medallas, atuendos o símbolos, pero nada de eso tiene valor, si es que no se expresa por medio de la humildad, la sencillez y el amor.

Solo cuando un ser, ha serenado tanto su corazón, que es capaz de amar a todos sin ningún tipo de mal deseo del corazón, es cuando pasa de Kuraq a Munayniyuq, un ser de amor espiritual, qe desprende de si solo amor, ese alto valor preciado que tanto buscan los seres humanos y que confunden con pasión o libido.

Los tiempos se cumplen, y no hay casualidades, casualidad es el nombre que damos a las leyes del cosmos que no conocemos, todo tiene su lugar, su espacio en el cosmos, cada reacción tiene una causa, nada es dejado a la casualidad, porque todo está ordenado por la causalidad.

LLapantin pachamamata sunquchasun. Jym Qhapaq Amaru.

Pueden conocer más del trabajo de nuestro hermano en http://qhapaqkuna.org/pachayachachiq/

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Acerca de ajayularevista

Revista de carácter indígena de la región de Coquimbo

Publicado el diciembre 19, 2012 en Uncategorized. Añade a favoritos el enlace permanente. Deja un comentario.

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